Si dijésemos que son 100 las personas que me importan, podríamos decir que el 30% ha jugado con migo; que el 40% se ha reído de mi; y que un 10% me ha tratado tal y como yo les he tratado a ellos.

No me considero la mejor persona del mundo,solo una más que intenta conseguirlo, suelo tener mis cosas que al fin y al cabo acaban siendo irritantes hasta para la persona con más paciencia del planeta Tierra. Me gusta tener empatía, de hecho me gusta ponerme en la piel de las personas con algún tipo de problema sin solución.No soy para nada rencorosa, suelo perdonar cualquier mal causado por cualquier persona, me gusta dar segundas oportunidades a personas que no les he dado ni primeras.

No me gusta recibir lecciones, pienso que nadie hace nada mal, sino a su manera. No me creo superior a nadie , ya que todos tenemos lo mismo, pero de manera parcialmente proporcionada.

No me gustan las personas mentirosas, que gastan bromas con la finalidad de hacerse el ``guay´´ riéndose de otro.

He llorado, por personas que no valían la pena, más que por otras en toda mi vida.

Cometo errores, sí, soy persona.No pido mucho, me gusta que me quieran , que me den abrazos en los momentos tristes y que no me suelten la mano en un momento de indecisión. Por fuera suelo hacerme la típica persona dura, que todo le resbala y nadie le importa, pero esa es mi manera de esconder a la persona sensible que llevo dentro. Porque por muy dura que intente parecer no se me quitan las ganas de un abrazo en los peores momentos, ni de un gesto de cariño cuando estoy necesitada, que alguien me diga: tranquila yo estoy aquí no te preocupes por nada, o simplemente me sonría.