Réspirame profundo, y no me dejes huir. Y desde que estoy aquí contigo, mi cabeza está atada a las nubes. Rompamos de nuevo el guión, y empecemos otra vez, con compases diferentes pero con el mismo ritmo.
Porque puede que sólo tengamos una noche, pero soy tuya hasta que salga el sol, y para eso quedan aún una horas. Porque de repente suena una canción y no hace más que recordarnos un momento bonito, y nos cambia el verano, y nos cambia la vida.
Y aquí no para de llover, pero la lluvia ya no me hace daño. Ya no soy frágil, tu me haces grande. Echo de menos el olor a mar. Y el sonido de las gaviotas. Pero tengo mi guitarra y tus ojos, y mil canciones en mi cabeza.
Porque contigo nunca sé donde voy a terminar, y nuestros planes
Porque seguimos siendo los mismos de ayer, pero más enamorados. Hablemos de todo, menos del tiempo.
Sigamos con nuestras locuras, no pares nunca de mirarme a los ojos y hacerme temblar, y comernos la luna a pequeños mordisquitos. Perder batallas pero al final, ganar la guerra. Pasar horas en silencio y no necesitar decir nada para entenderte. Sólo tú y yo. Y cualquier calle de Madrid.
Que ya lo sé, me repito, pero no puedo parar de decirte te quiero, pero es lo que siento, y te lo voy a contar tantas veces como pestañas tienes.
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